miércoles, 19 de enero de 2011

The Economist habla sobre cambios en educación anunciados por Piñera

The Economist publicó un artículo sobre la reforma anunciada para la educación chilena, que el presidente Sebastián Piñera calificó como “la más grande desde los años 60”.

La publicación valoró los resultados de la prueba PISA, donde Chile aumentó su puntaje desde el año 2000. Una afirmación que no comparte el gobierno, explicó, al rescatar sólo los avances en cobertura y no en calidad.

Además, explicó que como en otras zonas de América Latina, las políticas públicas chilenas intentan cerrar las brechas socioeconómicas en vez de ayudar a los alumnos pobres a superar sus desventajas. Esto queda demostrado, según The Economist, por los resultados del Simce que arrojaron que los alumnos de cuarto año básico del sector más acomodado obtuvieron mejores resultados (un 35%más) que los estudiantes más pobres.

Además, el medio estadounidense se refirió al sistema de subvenciones del país e indicó que con la reforma anunciada por Piñera se intentará aumentar el valor de aquí al 2018. Y señaló que la reforma planea entregar becas para los mejores alumnos que decidan estudiar pedagogía, quienes podrán aspirar a mejores salarios. Y mencionó, también el incentivo al retiro para los docentes mayores. Además, nombró los 60 liceos de excelencia anunciados por el ministro Joaquín Lavín.

La parte más atrevida de la reforma, a juicio del The Economist, sería la capacidad que tendría los directores de establecimientos municipales para despedir al 5% de los profesores mal evaluados.

Con optimismo, citó el medio, el gobierno de Piñera espera que la reforma se apruebe en el Congreso antes de comenzar el nuevo año académico en marzo de 2011. De ser así, explicó The Economist, los próximos resultados PISA podrían mostrar grandes mejoras en la educación chilena.


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De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com

Irlanda: una economía del tamaño de David pero con impacto de Goliat

WASHINGTON—La crisis bancaria y el rescate de Irlanda están teniendo efectos negativos sobre los costos de endeudamiento en todo el mundo, presionando tasas de interés, debilitando esfuerzos de reducir los desequilibrios comerciales y minando la confianza en la recuperación económica global. La economía irlandesa, casi del mismo tamaño que la de Colombia, no es lo suficientemente grande como para frenar la recuperación global. Pero como un símbolo de las tensiones entre los países que usan el euro, está generando dudas fuera de las fronteras europeas sobre la salud económica del bloque y la habilidad de los gobiernos de la zona euro para pagar sus deudas. Los indicadores muestran que la economía mundial se está recuperando más rápido de lo anticipado, dice Bruce Kasman, economista jefe de J.P. Morgan, que cita una mejora en la producción industrial y las exportaciones de Asia y un aumento en el gasto de los consumidores en Estados Unidos. Pero se muestra renuente a subir su pronóstico de crecimiento global para 2011 que hoy está en 3,9% —por debajo del 4,7% de 2010— fundamentalmente debido a la incertidumbre generada por Europa. Un asunto clave es si Portugal, España y otros países europeos más grandes que Irlanda se verán obligados a aceptar rescates y a endurecer sus programas de austeridad, lo que pondría en peligro su crecimiento. Igualmente importante, dice Kasman, es si los votantes europeos se rebelarán contra otros rescates, lo que haría más probables la cesación de pagos soberanos. “El gran riesgo está en si los gobiernos lograrán que la población los apoye en lo que va a ser un viaje muy difícil”, considera Kasman. Ya los temores del mercado respecto a que España, Portugal, Italia y Bélgica pedirán paquetes de rescate para cubrir sus deudas han incrementado los costos de financiamiento de esos países. Ayer, el euro alcanzó su nivel más bajo en 10 semanas, cerrando por debajo de US$1,30. Los mercados de bonos en toda Europa se hundieron ya que la “prima de riesgo” que los inversionistas agregan a los títulos de España e Italia llegó a niveles récord. Standard & Poor’s Ratings Services dijo que considera rebajar la calificación de riesgo de Portugal a un nivel por debajo del grado de inversión debido a las presiones económicas y a la amenaza a la capacidad de pago del gobierno. La creciente incertidumbre, dijo Howard Archer, principal economista para Europa de la firma IHS Global Insight, es una razón por la que el desempleo en la zona euro sigue siendo alto: 10,1% en octubre, de acuerdo con datos difundidos el martes. “Las empresas son cada vez más cautas respecto a contrataciones de personal”, dijo. Edwin Truman, ex funcionario del departamento del Tesoro de EE.UU. y de la Reserva Federal de ese país y que ahora se desempeña en el Peterson Institute for Internacional Economics, dice que la insistencia de la canciller alemana, Angela Merkel, en un cambio de política que implica que los tenedores de bonos asuman pérdidas luego de 2013, está teniendo consecuencias hoy. “La gente está diciendo que si cambian las reglas hoy, mejor se protegen”, lo que implica que los inversionistas insistirán en obtener tasas de interés más altas para prestarles a los gobiernos, dijo. “Es una amenaza, nadie sabe cuáles son las reglas”, advirtió. Hasta ahora, la inquietud en Europa no ha tenido un efecto muy visible en la economía de EE.UU. El principal efecto, dicen los economistas, es un alza de aproximadamente 7% del valor del dólar frente al euro desde el primero de noviembre. Un dólar más alto hace que las exportaciones de Estados Unidos sean más caras, disminuyendo la demanda por sus bienes y servicios y minando el impacto de las recientes medidas de la Fed para impulsar la economía estadounidense. EE.UU. tiene un interés significativo en el crecimiento de Europa. Alrededor de 19% de sus exportaciones en lo que va del año fueron a los 27 países de la Unión Europea. La primera parte de la crisis de deuda soberana europea, el rescate de Grecia, fue ampliamente señalada como responsable de la vacilación sobre el rumbo de la economía global en abril y mayo, en parte debido a que se reavivaron los recuerdos de la agitación que rodeó el colapso de Lehman Brothers en 2008. Esta nueva ronda también está sacudiendo la confianza.




Por Bob Davis
The Wall Street Journal Americas