miércoles, 13 de julio de 2011

La recuperación de EE.UU. es una de las más decepcionantes

Dos años después del final oficial de la peor recesión desde la Gran Depresión, la recuperación de Estados Unidos demuestra ser una de las más decepcionantes desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Según una amplia gama de indicadores —el crecimiento del empleo, los niveles de desempleo, el crédito bancario, la producción económica, el crecimiento del ingreso, los precios de las viviendas y las expectativas de los hogares de bienestar financiero— la recuperación de la economía estadounidense desde el final de la recesión, en junio de 2009 ha sido la peor, o una de las peores, desde que el gobierno comenzó a seguir estas tendencias tras el final de la Segunda Guerra Mundial. En algunos sentidos, la recuperación es muy parecida a las registradas en los períodos de 1991 y 2001. Las tres estuvieron marcadas por el crecimiento gradual de la producción y el empleo en vez de la rápida recuperación económica típica de anteriores casos. Pero esta mejoría puede seguir deslucida por años, dicen muchos economistas, debido a la pesada carga de deuda de los hogares, un sistema financiero aún debilitado por la crisis hipotecaria, una confianza frágil y un gobierno con pocas opciones para estimular el crecimiento. Hay facetas positivas. Las exportaciones, particularmente de bienes agrícolas y manufacturados, están mejorando, en parte debido a las pujantes economías de los países en desarrollo y a la debilidad del dólar. Se espera que las exportaciones repunten en el segundo semestre del año conforme se desvanece el sacudón temporal del terremoto de Japón en marzo. Como indicio de esto, el Instituto de Gerentes de Compras informó el viernes sobre un alza en la producción fabril para junio. Las ganancias empresariales, los precios de las acciones y la inversión empresarial están apuntalando la expansión. Aún así, ajustes estructurales mayores están frenando la economía estadounidense. Los bancos tienen menos capacidad o predisposición para prestar que antes de la crisis. Desde que comenzó la recuperación, los bancos han reducido el dinero que tienen disponible mediante líneas de crédito de US$3,04 billones (millones de millones) a US$2,69 billones y han reducido las líneas de crédito sobre capital inmobiliario de US$1,33 billones a US$1,15 billones, según el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. En general, el crédito bancario a hogares y empresas en EE.UU. ha caído 4% desde que comenzó la recuperación, algo que contrasta con otras recuperaciones posteriores a la Segunda Guerra Mundial en las cuales el préstamo usualmente repuntó. Los estrategas, entretanto, están reacios a hacer más para estimular el crecimiento económico. La Reserva Federal ya ha reducido las tasas de interés a cero y ha tenido resultados débiles con la flexibilización cuantitativa (la inyección de dinero en la economía a través de la compra de

valores). Un estímulo fiscal —ya sea por medio de reducción de impuestos o aumento del gasto gubernamental— parece improbable dado el alto déficit fiscal y los magros resultados de intentos anteriores. El mayor problema quizá sea la deuda que tienen los hogares estadounidenses. En el apogeo de la bonanza económica en el tercer trimestre de 2007, las familias de EE.UU. habían tomado prestado colectivamente el equivalente de 127% de sus ingresos anuales para financiar las compras de casas, autos y otros bienes, en comparación con un promedio de 84% en la década de los 90. El dinero empleado para saldar esa deuda significa que haya menos disponible para compras nuevas. Para el primer trimestre de este año, los hogares habían reducido la correlación de deuda respecto de ingreso a 112%, en parte porque los bancos han catalogado parte de la deuda como incobrable. Librarse de la deuda podría ser un proceso largo y lento. Para volver a la correlación de deuda e ingresos de la década de los 90 de 84%, los hogares tendrían que pagar otros US$3,3 billones de deuda, o registrar un alza en sus ingresos de US$3,9 billones. Eso es equivalente a alrededor de nueve años de crecimiento del ingreso en tiempos normales, calcula Dana Saporta, economista de Credit Suisse. Las restricciones de la deuda son especialmente difíciles para los consumidores que antes de la crisis dependían de las tarjetas de crédito o líneas de crédito con garantía hipotecaria para seguir gastando cuando su ingreso caía. Ahora, muchas de estas líneas de crédito se han limitado o eliminado. Con menos acceso a crédito, muchas familias descubren que la única manera de llegar a fin de mes es reducir el gasto. La deuda y el débil mercado laboral han perjudicado la confianza del consumidor, lo cual modera aun más su predisposición al gasto. La Universidad de Michigan revela que 24% de las familias espera estar mejor financieramente dentro de un año, el mínimo de esta medición en una recuperación desde la Segunda Guerra Mundial.


Por Jhon Hilsenratgh y Conor Dougherty

The Wall Street Journal Americas

La UE anticipa acuerdo sobre segundo rescate para Grecia

Los ministros de finanzas de la zona euro acordaron el sábado entregar a Grecia otro tramo del paquete de ayuda aprobado el año pasado y así evitar un colapso financiero este mes, pero quedaron con la difícil tarea de afinar los detalles de un nuevo paquete de rescate para el país.

En una conferencia telefónica durante la tarde del sábado, los ministros dijeron que entregarían los 12.000 millones de euros correspondientes a la siguiente fase del paquete de rescate, una vez que el Fondo Monetario Internacional (FMI) firme su aprobación. Se espera que el pago sea realizado antes del 15 de julio. En un comunicado, el FMI dio la bienvenida al “compromiso de la zona euro con la estrategia de financiación” para Grecia. Los ministros también decidieron que para septiembre llegarían a un acuerdo sobre un nuevo paquete de rescate que suplemente los 110.000 millones de euros que ya acordaron el año pasado. Esta cifra se quedó corta ya que Grecia no pudo recaudar dinero en los mercados de capital como se esperaba. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, dijo tras la conferencia telefónica que un nuevo paquete de ayuda para Grecia podría ser aprobado en septiembre, a tiempo para el desembolso del próximo tramo trimestral del rescate de la UE y el FMI. El Ministerio de Finanzas griego señaló también en un comunicado que el acuerdo era esperado para mediados de septiembre. Los ministros dijeron que seguirán trabajando en la búsqueda de formas que animen a los tenedores de bonos griegos a contribuir al nuevo paquete de rescate. Los ministros señalaron que “la escala y las modalidades precisas de la participación del sector privado y los fondos adicionales provenientes de fuentes oficiales serán determinadas en las próximas semanas”. Es probable que esto se logre al persuadir al sector privado a reinvertir parte de los ingresos procedentes del vencimiento de bonos griegos en deuda nueva. Los ministros reiteraron su posición de que cualquier plan de este tipo debe evitar que Grecia sea declarara en “cesación de pagos selectiva” por las agencias calificadoras de crédito. Una fuente de la UE indicó que aunque los gobiernos de la zona euro no puedan acordar las líneas generales del segundo paquete de rescate para el 11 de julio, como se pretendía, habrá “total claridad” sobre la participación del sector privado a fines de este mes. El funcionario afirmó que incluiría un cálculo del tamaño de la contribución del sector privado y el total del paquete de rescate. Representantes europeos han dicho que les gustaría que los acreedores privados contribuyeran con 30.000 millones de euros para 2014, pero no está claro si esto puede lograrse. Se espera que el resto del nuevo paquete incluya 30.000 millones de euros en contribuciones provenientes de las privatizaciones griegas y hasta 90.000 millones de euros en nuevos fondos oficiales. “No esperamos ninguna sorpresa”, dijo la fuente de la UE. La aprobación para el próximo desembolso del rescate del año pasado era ampliamente esperada luego de que el parlamento griego votara el jueves a favor de un nuevo conjunto de medidas de austeridad por 28.000 millones de euros, a fin de apuntalar las finanzas del gobierno hasta 2015. Esa votación tuvo lugar dos semanas después del casi colapso del gobierno griego y en medio de masivas protestas callejeras. Un funcionario francés dijo también la noche del sábado que los ministros apuntan a “trabajar con celeridad” sobre los detalles de la participación del sector privado en el segundo esfuerzo de asistencia financiera. En su comunicado del sábado, los ministros de finanzas de la zona euro volvieron a instar a

todos los partidos políticos griegos a trabajar juntos y dijeron que un nuevo paquete de rescate dependerá de “un compromiso firme y sostenido” de Grecia “para implementar medidas de consolidación fiscal, así como reformas estructurales concretas y planes de privatización”.


Por Nathalie Boschat en París
y Laurence Norman en Bruselas

The Wall Street Journal Americas