FRÁNCFORT—El Banco Central
Europeo (BCE) indicó que
comprará bonos soberanos de
Italia y España a gran escala en
lo que constituye un salto cualitativo
en la batalla de dos años de
Europa para contener la crisis de
la deuda.
La intervención del BCE para
apuntalar a Italia y España representa
un hito en el esfuerzo
por combatir la crisis financiera.
Hasta ahora, el banco central había
insistido en que la principal
responsabilidad recaía sobre los
gobiernos nacionales y la decisión
de comprar bonos italianos
equivale a aceptar que los miembros
de la zona euro no pueden
o no quieren responder efectivamente.
Ello transforma al BCE en
el prestamista de última instancia
de la región. El cambio podría
cambiar la naturaleza de la unión
monetaria europea.
La entidad manifestó que “implementará
activamente” su programa
de compra de bonos, que
había pasado a un segundo plano
durante más de cuatro meses antes
de reanudar las adquisiciones
de bonos irlandeses y portugueses
la semana pasada.
El comunicado, divulgado el
domingo en la tarde, no mencionó
específicamente a España ni Italia,
aunque el mensaje quedó claro:
luego de más de un año de actividad
intermitente en el mercado de
bonos de sus integrantes más débiles,
el BCE está interviniendo para
impedir que la crisis de la deuda
griega termine contagiando a las
economías más grandes.
El comunicado felicitó a Italia
y España, la tercera y cuarta
economía de la zona euro, respectivamente,
por emprender
“nuevas medidas y reformas en
las áreas de políticas fiscales y
estructurales”. La decisión le
concede a España e Italia “una
cantidad importante de tiempo”
y la declaración del banco central
“apunta claramente en la dirección
de una respuesta inminente
y enérgica”, señaló un informe de
Royal Bank of Scotland.
La decisión, no obstante, generará
un acalorado debate dentro y
fuera del BCE.
Los 23 integrantes de la junta
directiva del organismo ya estaban
divididos entre los de países
del norte y del sur respecto a las
compras limitadas de bonos irlandeses
y portugueses. Al menos tres
presidentes de bancos centrales
del norte de Europa, incluyendo
el de Alemania, resistieron la medida,
dijeron fuentes cercanas.
La decisión de comprar bonos
de España e Italia produjo divisiones
similares. El anuncio del
viernes de la agencia crediticia
Standard & Poor’s de rebajar la
calificación de AAA de la deuda
de EE.UU. fortalece a los partidarios
de la compra de bonos en
medio de las preocupaciones sobre
un nuevo brote de contagio
en los mercados globales.
El BCE intentó la semana pasada
reforzar la confianza de los
inversionistas mediante la compra
de bonos de Irlanda y Portugal,
pero la medida no surtió el efecto
deseado.
Estos dos países, junto con Grecia,
ya recibieron paquetes de rescate
europeos, quedando efectivamente
al margen de los mercados
de capitales.
Para detener de manera significativa
el contagio de la crisis
a España e Italia, los analistas
creen que el BCE tendría que incrementar
sus compras de bonos,
un paso que la entidad había resistido.
Desde que comenzó el programa,
en mayo de 2010, ha comprado
menos de 80.000 millones
de euros (unos US$114.000 millones)
en bonos griegos, irlandeses
y portugueses.
Italia y España emiten entre
ambas alrededor 600.000 millones
de euros (unos US$856.800
millones) al año en deuda soberana.
De acuerdo con Paul Mortimer-
Lee, economista de BNP Paribas,
“puede haber buenas razones para
compras de entre 230.000 millones
y 400.000 millones de euros”.
Los opositores también tienen
municiones. Comprar bonos
del gobierno pone al BCE peligrosamente
cerca de la esfera de la
política fiscal, una preocupación
particularmente aguda en
Alemania.
The Wall Street Journal
Por Brian Blackstone
y Marcus Walker