lunes, 22 de noviembre de 2010

Irlanda abre la puerta a un rescate del exterior

DUBLÍN—El gobierno irlandés parece haber cedido el jueves a la presión para que acepte un rescate internacional de dimensiones históricas, capitulando después de una semana de negociaciones con funcionarios europeos y generando preguntas sobre qué otros países europeos necesitarán ayuda. El gobernador del banco central y el ministro de Finanzas de Irlanda reconocieron el jueves por primera vez que el país necesita un rescate para su industria bancaria, que se ha visto afectada por gigantescas pérdidas sobre préstamos tóxicos. El gobierno irlandés está en conversaciones con el Fondo Monetario Internacional y funcionarios europeos sobre un paquete de préstamos que probablemente llegue a “decenas de miles de millones” de euros, señaló Patrick Honohan, el titular del banco central. “Será un préstamo grande porque el propósito... es mostrar que Irlanda tiene suficiente artillería para afrontar cualquier temor del mercado”.El ministro de Finanzas, Brian Lenihan, agregó que “es claro que vamos a necesitar alguna forma de ayuda externa... Tenemos que hallar una resolución a nuestras dificultades bancarias con la ayuda externa que sea apropiada”. Los comentarios coinciden con la llegada a Dublín de equipos del FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea para examinar la severidad de la crisis bancaria irlandesa. Antes, el gobierno irlandés había rechazado la noción de que el rescate era necesario, pero esa postura parece estar debilitándose. Los temores de que el gobierno irlandés no sea capaz de afrontar los crecientes costos del rescate bancario han erosionado la confianza del mercado en la viabilidad financiera del país y reavivado las preocupaciones respecto a otros miembros de la zona euro, conformada por 16 países. Aún no hay claridad sobre la estructura del rescate a Irlanda. Lenihan dijo a legisladores el jueves que las negociaciones se centrarán en “proveer capital —o un ondo de capital de contingencia— que pueda apoyar a los bancos”. La ansiedad en torno a Irlanda ha afectado a otros países de la zona euro. El miércoles, Portugal pagó una elevada tasa de interés para atraer a inversionistas en una subasta de deuda del gobierno. El jueves, una subasta de deuda soberana española tuvo mejores resultados, pero el país tuvo que ofrecer un rendimiento 11% más alto que el que pagó la última vez que emitió bonos, hace dos meses. Jean-Claude Trichet, el presidente del BCE, también hizo sonar las alarmas el jueves, al decir que tenía “serias preocupaciones” respecto a lo que se ha hecho para endurecer las reglas de la Unión Europea sobre disciplina fiscal, que han sido ampliamente ignoradas durante gran parte de
la última década. En un intento por apaciguar la furia pública respecto a cuánto ha gastado en vano el gobierno irlandés para rescatar a los bancos, Lenihan aseveró que un rescate internacional “no necesariamente” crearía cargas adicionales para los contribuyentes más allá de las comisiones por los préstamos. De todos modos, tomar decenas de miles de millones de euros por año podría traducirse en miles de millones más en pagos de intereses para Dublín. Las declaraciones de Honohan y Lenihan representan el más claro reconocimiento por parte del gobierno hasta ahora de que los repetidos intentos de Irlanda por estabilizar el sistema bancario han fracasado. A fines de septiembre, el gobierno informó que inyectaría miles de millones de euros en los bancos, llevando la inversión total a alrededor de 50.000 millones de euros (US$67 .520 millones). En ese momento, Lenihan aseguró que los bancos no necesitarían más.“Es verdad que los bancos necesitan confianza adicional”, dijo Honohan el jueves. “Las enormes sumas de dinero que han sido inyectadas por el gobierno para respaldar a los bancos aún no han generado suficiente confianza”.Una fuente de angustia para el mercado es Allied Irish Banks PLC, el segundo mayor banco del país y un actor importante durante el auge de préstamos inmobiliarios. Hasta ahora, Allied Irish ha sufrido pérdidas menores que algunos rivales, pero algunos ejecutivos de la industria están preocupados porque pueda verse plagado por una nueva ola de préstamos incobrables.





Por David Enrich y Charles Forelle
The Wall Street Journal Americas

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